Los Riesgos de Invertir en Criptomonedas.
- Luminance

- 16 may
- 12 Min. de lectura

En los últimos años, invertir en criptomonedas se ha convertido en una tendencia muy popular. Historias de grandes ganancias rápidas han atraído a profesionales, adultos mayores y personas con ahorros estables que buscan hacer crecer su dinero. Sin embargo, las criptomonedas conllevan riesgos significativos que a veces se pasan por alto – desde su extrema volatilidad hasta la proliferación de estafas y la falta de protección regulatoria. Este artículo explora estos riesgos con un tono claro y reflexivo, usando ejemplos concretos (como el caso del presidente argentino Javier Milei) para ilustrar cómo incluso figuras públicas pueden promover inversiones dudosas que confunden a quienes no tienen formación financiera.
También explicaremos cómo operan las estafas más comunes, qué señales de alerta deben considerar los inversionistas, y mencionaremos alternativas más seguras para invertir. Al final, una breve reflexión invitará a tomar decisiones informadas sin caer en modas pasajeras.
Riesgos de las criptomonedas: volatilidad y falta de regulación.
Uno de los principales riesgos de invertir en criptomonedas es su alta volatilidad. A diferencia de activos tradicionales (bonos, acciones o depósitos bancarios) que suelen moverse de forma más estable, el valor de las criptomonedas puede cambiar drásticamente en muy poco tiempo. Por ejemplo, entre 2017 y 2021 el precio de Bitcoin pasó de ~US$1,000 a casi US$68,000, pero luego perdió más de la mitad de su valor en cuestión de meses. Esta volatilidad extrema significa que alguien que invirtió en el pico de precio pudo ver cómo su inversión se reducía dramáticamente poco después, sin ninguna garantía de que el precio se recupere.
Además, las criptomonedas carecen de respaldo y regulación gubernamental en la mayoría de países. En México, las autoridades financieras (Banco de México, CNBV y Secretaría de Hacienda) han advertido que las criptomonedas no son moneda de curso legal y que suelen ser activos altamente especulativos. Su valor es muy volátil, su aceptación como medio de pago es limitada y no funcionan como una buena reserva de valor. Esto implica que si algo sale mal –por ejemplo, si la plataforma donde compraste cripto quiebra, es hackeada o resulta ser fraudulenta– no hay un seguro ni un organismo que responda por tu dinero. A diferencia de una cuenta bancaria tradicional (protegida por seguros de depósito), con criptomonedas estás por tu cuenta: si pierdes acceso a tu monedero digital o te estafan, recuperar los fondos suele ser imposible. Como resume la Comisión Federal de Comercio de EE.UU., “no existe ninguna inversión de criptomonedas que sea de ‘bajo riesgo’… si una compañía o persona le promete ganancias garantizadas, es una estafa”. En otras palabras, nadie puede garantizar rendimientos en un mercado tan impredecible, y mucho menos rendimientos altos y rápidos.
En síntesis, el simple comportamiento del mercado de criptomonedas ya conlleva un riesgo elevado. La falta de regulación y protección añade otra capa de peligro: no hay a quién acudir legalmente en caso de fraude o pérdida, porque las criptomonedas operan fuera del sistema financiero tradicional. Y por si fuera poco, los estafadores han encontrado en este boom un terreno fértil para atraer a inversionistas incautos. A continuación, veremos un caso real que ilustra cómo incluso personas educadas pueden ser confundidas por la promoción engañosa de estos activos.
La promoción engañosa: el caso de Javier Milei.
Un ejemplo reciente y aleccionador de los riesgos de las criptomonedas involucra a una figura pública de alto perfil. El actual presidente de Argentina, Javier Milei, se vio envuelto en la polémica por promover proyectos de criptomonedas que terminaron muy mal. Este caso demuestra cómo la promoción por parte de celebridades o líderes políticos puede generar una falsa sensación de seguridad en el público, confundiendo a personas sin formación financiera para que inviertan en esquemas riesgosos.
En febrero de 2025, Milei recomendó en sus redes sociales un proyecto cripto llamado “Viva la Libertad Project”, cuyo token $LIBRA se disparó un 1.300% en cuestión de horas tras la promoción, atrayendo a unos 40,000 inversores, para luego desplomarse en segundos.
Muchos compradores –creyendo en la palabra del presidente– perdieron su dinero cuando el valor de $LIBRA cayó a casi cero. Expertos calificaron lo ocurrido como un posible caso de “rug pull”, un tipo de estafa donde los creadores de una criptomoneda inflan su precio, atraen capital masivo y luego se escapan con el dinero, dejando a los inversionistas con tokens sin valor. La situación llegó a tal gravedad que se presentaron decenas de denuncias por fraude, e incluso un juez federal abrió una investigación para determinar si Milei tuvo participación dolosa en la maniobra. El escándalo no solo afectó el bolsillo de miles de personas, sino que sacudió la confianza en el gobierno, demostrando el enorme impacto negativo que puede tener difundir información financiera sin responsabilidad.
Lo más preocupante es que no era la primera vez. Años antes, en 2021, Javier Milei (cuando era diputado) también promocionó abiertamente una plataforma de inversión en criptomonedas llamada CoinX, presentándola como una “revolución financiera” para ayudar a la gente a escapar de la inflación. CoinX prometía rendimientos mensuales en dólares de hasta un 8%, una cifra tremendamente atractiva para cualquier inversor, especialmente en un contexto inflacionario. Milei llegó a publicar en Instagram que había conocido al equipo de CoinX y animaba a sus seguidores a contactarlos “de parte mía” para que los asesoren, avalando implícitamente la seguridad y seriedad de esta empresa. ¿El resultado? Al cabo de un año, las autoridades argentinas detectaron que CoinX no tenía autorización para ofrecer inversiones y sospechaban que era un esquema fraudulento. La Comisión Nacional de Valores ordenó cesar sus operaciones, declarando que la empresa operaba al margen de la ley financiera. Poco después, CoinX fue denunciada por estafa, acusada de operar un posible esquema Ponzi que colapsó dejando a miles de inversores con pérdidas millonarias. En otras palabras, los altos intereses que pagaba provenían del dinero de nuevos clientes, y cuando el flujo de nuevos fondos se detuvo, todo se vino abajo – la típica estafa piramidal.
Estos ejemplos evidencian cómo incluso un personaje prominente y con conocimiento económico como Milei puede avalar (por interés o descuido) esquemas cripto muy cuestionables. Para el ciudadano común, ver a un presidente o celebridad respaldando una inversión puede dar la falsa impresión de que “si él confía, debe ser seguro”. Nada más lejos de la realidad. La experiencia de CoinX y $LIBRA muestra que no debemos bajar la guardia solo porque una figura pública promociona una criptomoneda – al contrario, es necesario investigar por cuenta propia y comprender que las redes sociales se han convertido en terreno de juego para estafadores que usan el alcance de los famosos para ganar credibilidad rápidamente.
¿Cómo operan las estafas con criptomonedas?
Los fraudes relacionados con criptomonedas han proliferado al calor de su popularidad. Por lo general, operan explotando la emoción y la falta de entendimiento técnico del público. A continuación, describimos algunos de los modus operandi más comunes de estas estafas cripto:
Esquemas Ponzi o piramidales: Prometen rendimientos garantizados altos y constantes (por ejemplo, “8% fijo mensual” como ofrecía CoinX) para atraer inversión. Al principio pueden pagar esos rendimientos, pero en realidad lo hacen con el dinero de nuevos inversores, no con ganancias reales. Es insostenible: cuando el flujo de gente nueva se agota, la pirámide colapsa y la mayoría pierde su dinero. La promesa de “ganancias sin riesgo” es siempre una bandera roja – nadie legítimo puede garantizar ganancias altas de forma segura.
“Rug pull” (tirón de alfombra): Es una estafa típica en el mundo de los tokens nuevos o proyectos DeFi. Los desarrolladores crean una criptomoneda o token desde cero y la promocionan agresivamente (muchas veces usando marketing viral, redes sociales y hasta influencers o celebridades pagadas) para inflar su precio. Logran que muchos inversores compren impulsados por el miedo a perder una oportunidad única. Pero detrás de escena, los creadores se quedan con la mayor cantidad de monedas; cuando el precio ha subido lo suficiente, venden de golpe todas sus participaciones y desaparecen con los fondos. Esto provoca un derrumbe abrupto del precio, dejando a los demás con monedas que de pronto valen casi cero. Es exactamente lo que se sospecha que ocurrió con $LIBRA: un aumento meteórico seguido de un desplome total en segundos. Los afectados terminan con tokens sin valor y prácticamente sin posibilidad de recuperar su dinero, porque los perpetradores suelen ser anónimos o estar fuera del alcance legal.
Endosos falsos o usurpación de identidad: Muchas estafas cripto también recurren a tácticas de ingeniería social. Por ejemplo, montan sitios web o perfiles que aparentan ser de empresas legítimas y fingen tener el respaldo de famosos o autoridades. A veces incluso suplantan la identidad de alguna celebridad en redes sociales para ganarse la confianza de la gente. La Comisión Federal de Comercio advierte que ningún famoso legítimo va a contactarte directamente prometiendo multiplicar tu dinero; si ves en redes un mensaje de una celebridad ofreciendo inversiones milagrosas, seguramente es un estafador detrás de un perfil falso. Un caso común es el mensaje directo de alguien que dice ser un “gurú” financiero o incluso un conocido, insistiendo en que inviertas en cierta cripto plataforma – suelen mostrar supuestas pruebas de ganancias o testimonios de clientes felices, pero todo eso se puede falsificar fácilmente. En cuanto envías tus criptomonedas a la dirección que te indican, el dinero desaparece y el estafador corta contacto.
Otros fraudes relacionados: Existen variaciones y combinaciones de estafas, como los esquemas piramidales multinivel disfrazados de cripto, ofertas iniciales de moneda (ICO) fraudulentas, aplicaciones móviles falsas que roban claves, y correos de phishing que te engañan para que compartas las claves de tu billetera. También han ocurrido hacks masivos a exchanges o plataformas DeFi donde usuarios legítimos pierden sus fondos por la vulnerabilidad de la empresa. En todos estos casos, el denominador común es aprovecharse del desconocimiento técnico y la ambición del inversor promedio.
Ahora bien, sabiendo que hay tantos riesgos y engaños, ¿cómo puede protegerse un ahorrador común que aún así esté interesado en este mundo? A continuación, resumimos algunas señales de alerta que siempre se deben tener en cuenta antes de invertir en criptomonedas.
Señales de alerta para detectar fraudes cripto.
Antes de invertir en cualquier oportunidad relacionada con criptomonedas, especialmente si eres nuevo en el tema, presta atención a estas señales de alarma típicas de las estafas:
Rendimientos exagerados o “garantizados”: Desconfía de cualquier esquema que prometa ganancias muy altas en poco tiempo, o que incluso use la palabra “garantizado”. En inversiones, nadie puede garantizar rendimientos fijos elevados sin riesgo – y mucho menos en cripto. Si te dicen que “duplicarás tu dinero en un mes” o algo por el estilo, casi con seguridad es falso.
Marketing excesivo y presión por entrar rápido: Los estafadores suelen crear fomo (fear of missing out, miedo de quedarse fuera). Si recibes bombardeo de publicidad en redes sociales, con testimonios de personas “comunes” que se volvieron ricas de la noche a la mañana, mucho cuidado. Peor aún si te meten prisa: “¡Oferta por tiempo limitado, invierte ya o perderás tu oportunidad!” – esta urgencia artificial es un truco clásico para que no tengas tiempo de analizar con calma. Un proyecto serio no necesita presionarte de esa manera.
Falta de transparencia o detalles confusos: Si la forma en que el proyecto genera valor no está clara, o si nadie puede explicarte de manera sencilla de dónde vienen las ganancias, sospecha. Las estafas muchas veces hacen grandes declaraciones sin dar explicaciones concretas. Por ejemplo, prometen tecnología revolucionaria pero no tienen un documento técnico (whitepaper) creíble, o evaden las preguntas difíciles. Un inversionista prudente debe entender en qué invierte: si no lo entiendes, no inviertas.
Equipo o respaldos poco fiables: Investiga quiénes están detrás del proyecto. Si son personas anónimas, o con identidades imposibles de verificar, es un gran riesgo. Y aunque aparezcan nombres conocidos, asegúrate de que ese respaldo sea real. No te dejes impresionar solo por ver la foto de un famoso en la página web. Como vimos, a veces los mismos famosos pueden estar pagados (sin mucho escrúpulo) para promocionar algo dudoso, o peor aún, puede ser un uso no autorizado de su imagen. Busca en internet noticias o reseñas independientes sobre la plataforma (añade palabras como “estafa” o “fraude” junto al nombre en Google) para ver si alguien ha reportado problemas.
No está registrada ante autoridades financieras: Una señal importante es verificar si la empresa o plataforma está regulada por alguna autoridad financiera de confianza (como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en México, la SEC en EE.UU., etc.). Si te ofrecen un producto de inversión “milagroso” pero la empresa no aparece en ningún registro oficial, ten mucho cuidado. En el caso de CoinX, por ejemplo, la CNV argentina confirmó que no tenía permiso para operar, lo cual anticipó su desenlace fraudulento. Las empresas serias de inversión suelen estar supervisadas; las que operan en la sombra, no.
En resumen, mantén siempre un sano escepticismo. Si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. Contrasta la información, pide consejo a alguien con conocimientos financieros, y jamás coloques en una inversión riesgosa dinero que no puedas permitirte perder. Afortunadamente, el mundo de las inversiones no se limita a las criptomonedas. Existen alternativas más seguras para quienes buscan hacer crecer sus ahorros con menos sobresaltos.
Alternativas más seguras de inversión.
Si bien las criptomonedas son tentadoras, no son la única opción para invertir dinero y obtener rendimientos. De hecho, para perfiles conservadores o personas que valoran la seguridad y estabilidad, existen varios instrumentos más tradicionales que, aunque no prometen hacerse rico de la noche a la mañana, ofrecen crecimiento constante con mucho menor riesgo. Algunas alternativas a considerar:
CETES u otros bonos gubernamentales: En México, los Certificados de la Tesorería (Cetes) son una forma popular de invertir de manera prácticamente libre de riesgo, pues están respaldados por el gobierno federal. Al comprar un Cete, básicamente le estás prestando dinero al gobierno a cambio de un rendimiento fijo. Son instrumentos muy seguros (el gobierno respalda el pago, por lo que el riesgo de impago es bajísimo). Eso sí, su rendimiento es modesto comparado con inversiones riesgosas – ideal para proteger ahorros sin sobresaltos, especialmente en épocas de inflación. Para inversionistas primerizos o adultos mayores que no quieren complicaciones, los Cetes y bonos similares son una opción sólida.
Fondos de inversión diversificados: Otra alternativa son los fondos o sociedades de inversión ofrecidos por instituciones financieras reconocidas. Estos fondos reúnen el dinero de muchos inversionistas para comprar una mezcla de activos (por ejemplo, una combinación de bonos, acciones de varias empresas, etc.), lo cual distribuye el riesgo. Al diversificar, si a un activo le va mal, se compensa con otros. Hay fondos de diferentes perfiles: desde muy conservadores (deuda gubernamental y corporativa) hasta moderados o más agresivos. No ofrecen rendimientos garantizados (ninguna inversión real lo hace), pero al estar gestionados profesionalmente y regulados, reducen la probabilidad de pérdidas catastróficas. Son útiles para quienes quieren invertir, pero prefieren delegar las decisiones a expertos y evitar “poner todos los huevos en una sola canasta”.
Instrumentos bancarios tradicionales: Aunque a veces los pasamos por alto, un simple plazo fijo bancario, pagaré o cuenta de ahorro de alto rendimiento puede ser adecuado para objetivos de corto plazo o para personas muy adversas al riesgo. En México, por ejemplo, muchos bancos ofrecen pagarés con rendimientos interesantes y están protegidos por el IPAB (seguro de depósito) hasta cierto monto. No ganarás un 100% en un año, pero tampoco te despertarás un día con todo perdido – la tranquilidad tiene su valor.
Activos tangibles (oro, bienes raíces): Para quienes buscan refugios de valor más tradicionales, invertir en metales preciosos como oro o plata, o incluso en bienes raíces, puede ser una estrategia más segura a largo plazo. El oro suele mantener su valor en el tiempo y actuar como protección en crisis económicas. Los bienes raíces (por ejemplo, un departamento en renta) generan ingresos estables y tienden a apreciarse a largo plazo. Claro está, requieren mayor capital inicial y no son tan líquidos (no puedes vender una casa tan fácil como vender Bitcoin), pero su riesgo de caer a cero es prácticamente nulo. Muchos inversionistas de generaciones mayores se sienten más cómodos con este tipo de activos tangibles que entienden y pueden tocar.
En definitiva, antes de lanzarse al mundo cripto por la promesa de ganancias rápidas, vale la pena considerar estas opciones más tradicionales. No hay una respuesta única – la mejor inversión depende de los objetivos, el horizonte de tiempo y la tolerancia al riesgo de cada persona. Incluso es válido combinar estrategias: por ejemplo, destinar solo una pequeña parte (la que estés dispuesto a arriesgar) a criptomonedas, mientras el resto de tu portafolio está en alternativas más estables. Lo importante es que la decisión sea informada y consciente, no basada en el impulso o la moda.
Invertir con conocimiento, no por modas.
Al final del día, invertir debería ser un ejercicio de razonamiento, no de emoción. Las criptomonedas han inaugurado una nueva era financiera, sí, pero también han dado pie a especulación desmedida y fraudes sofisticados. Hemos visto cómo personas sin preparación financiera pueden ser seducidas por promesas de riqueza fácil – especialmente cuando esas promesas vienen respaldadas por figuras de autoridad o se propagan viralmente en redes sociales. Para el público mexicano general, el mensaje es claro: no hay atajos mágicos en las finanzas. Cualquier oportunidad que suene demasiado buena debería ser analizada con lupa.
Antes de seguir una moda de inversión, infórmate. Lee, pregunta a expertos de confianza, duda de los gurús de internet y contrasta varias fuentes. Si decides incursionar en criptomonedas, hazlo sabiendo que podrías perder ese dinero, y nunca inviertas los ahorros que necesitas para vivir o tu jubilación en algo tan volátil. En paralelo, recuerda que hay formas más seguras y tradicionales de hacer crecer el patrimonio que quizás no sean tan “emocionantes” ni estén de moda, pero han probado su eficacia con el tiempo.



Comentarios